David Wells

"Dr. Wells, se necesita en cardiología, Dr. Wells en cardiología". Era la frase que a mamá Bley le retumbaba en la cabeza durante el penúltimo enero de la década de los 80's. Mientras tanto, pensaba dónde estudiaría medicina, comunicación o publicidad. En la UPB había perdido el cupo por presentarme al servicio militar, y en la UdeA se extralimitaba en posibilidades de orden público. Así que mamá y yo visitamos una casa grande en El Centro de Medellín, allí nos atendió la conserje, nos regaló un plegable, y nos contó lo maravilloso que era la familia del Instituto de Artes.

Así me inicié en publicidad. Armado de aerógrafo, ecoline, y sacol, laboratorio fotográfico, bisturí y rotulador. Trasnochando de lunes a viernes hasta pasada la medianoche, para madrugar a clase al amanecer.

Los sábados era otro cuento. Rumbeaba mucho; demasiado. Un día le pedí a mamá dinero para salir. “Hijo querido", me respondió, "tú no necesitas dinero para divertirte. Lo que necesitas es ponerte a trabajar. El lunes temprano conseguirás un empleo y regresarás a casa con orgullo". De eso hace ya 31 años donde no he parado de crear, prosperar e investigar como ejecutivo, como administrativo o como profesor.

Por eso digo que no soy mi nombre, ni lo que estudio, tampoco mi cargo. Soy la chispa Divina que habita dentro de mí.