COVERLAND

Seguro que a vos también te pasó, que no sabés exactamente cuándo empezaste a amar la música, como si siempre hubiera estado ahí, en tu cajón de cosas favoritas. Para mí es imposible ubicarlo, pero creo que ya me gustaba desde que mi mamá escuchaba Palito Ortega durante el embarazo, y yo, a través de un montón de capas de carne, recibía esas ondas sonoras. Sin embargo, puedo señalar el momento exacto en el que le di una imagen a la música: en 1994, cuando encontré el disco Surfer Calavera de Los Fabulosos Cadillacs. Esa portada de otro planeta cambió mi forma de ver y escuchar música para siempre. Vivía en una ciudad pequeña y no era común encontrar tiendas de música, pero siendo el menor de siete hermanos con un gran apetito por la música y gustos diversos, me llegaron muchas portadas. Desde la de Atahualpa Yupanqui abrazando su guitarra, hasta la de María Elena Walsh como una guerrera lisérgica, o Xuxa cargada de Paquitas. Estas imágenes sumaron a mi pasión por el mundo de la música, desde tener un póster gigante de Iron Maiden a los siete años, aunque nunca hubiera escuchado la banda, hasta mi cajón secreto con cassettes y portadas "prohibidas" donde mi mayor tesoro era la portada del disco "Leche" de los Illya Kuryaki.
Hoy, agradezco cada momento vivido con la música y aún más poder dedicarme a crear portadas. Este espacio es solo una pequeña parte de esos CDs, vinilos, cassettes y portadas digitales que quedaron grabadas en mi retina.

Proyecto realizado con Adobe Illustrator

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