Recuerdos

Este proyecto esta dedicado a algunos de mis viejos recuerdos, de los finales de los sesenta y los setenta. Son quince viñetas, por supuesto faltan muchos mas recuerdos, pero son los que mas quedaron en mi memoria.

Para ello he utilizado imágenes de referencia para alguna de las viñetas fotos de mi Familia, mía y de mi antigua casa hoy (gracias a Google Maps) yo la he dibujado como estaba antes claro y por supuesto mi memoria. El software utilizado es Photoshop.

El proceso ha sido la búsqueda en mi memoria y de algunas referencias en Google y Pinterest, crear los bocetos de cada viñeta, quince en total, definir el line art, color base en escala de grises para terminar dándole un tono sepia. Espero os guste...

Nuestra casa era un caserón antiguo, de muros de piedra. Buhardilla, sótano, garaje como para dos coches, pero ocupado la mitad por las jaulas de los canarios, gallinas Bantam, faisanes de Indochina y conejos... Jardín y patio. Me encantaba esa casa...

Llegaba la Navidad y el último día de cole antes de las vacaciones a los más pequeños nos llevaban andando. Con nieve y frío... nos daba igual, en fila de a dos al Ayuntamiento, que no estaba cerca, por cierto, a ver peliculas de Disney y a Papá Noel.

Después de la sesión Disney, tocaba ir a ver a Papá Noel y decirle lo bien que te habías portado, entonces, Papá Noel te obsequiaba con una bolsa llena de golosinas y algún juguetito... Era muy emocionante... volvíamos a casa como en una nube, supercontentos...

La luge, trineo de madera con el que me pasaba horas y horas bajando y subiendo aquella colina nevada...Llegabas a casa con nieve hasta en los calzoncillos y casi congelado, pero era superdivertido...

Mi Yaya y su radio eran inseparables; en Francia se ponía Radio Nacional de España y se sentía mejor, echaba mucho de menos España...Otras dos cosas muy suyas eran la mecedora y la estufa / horno para estar bien calentita en invierno...

El château d'eau era un depósito de agua que daba el nombre a mi calle, yo vivía en “Rue du Château d'Eau” También era lugar de reunión de mayores y pequeños. Los mayores solían jugar a la petanca calle adentro...

Monsieur Milbergue tenía una tienda de comestibles en la parte alta del pueblo, pero también recorría el pueblo con su camión, su primera parada la hacía en la puerta de nuestra casa. Tocaba el claxon dos o tres veces. Entonces iban saliendo los vecinos, mi Yaya la primera, para hacer la compra del día. Los días que no tenía cole acompañaba a mi abuela en la compra...

Los canarios. La gran pasión de mi padre, tenía más de doscientos pájaros, los cruzaba para obtener los mejores ejemplares para participar y ganar concursos. De hecho, ganó en muchas ocasiones, la que más recuerdo fue una que ganó con un stams (cuatro canarios idénticos) de canarios blancos, muy complicado de conseguir, pero lo hizo. Recuerdo que me llevaba con el como ayudante los días anteriores a la exposición para montar jaulas y demás, era divertido...

Trabajo y diversión, eso eran las cabañas que construimos en los árboles. Primero había que buscar los árboles adecuados, no todos valían, luego los materiales que íbamos buscando y recogiendo por ahí, incluso en nuestras casas, clavos y herramientas de nuestros padres. Había competencia entre pandillas a ver quien la hacía mejor...

Ya en España a finales de los sesenta, principios de los setenta el camión de la basura era un carro tirado por un caballo , en cuanto lo veía salía a darle algo de comer a pesar de la prohibición y gritos de mi madre..

Así era el encendido del alumbrado de la calle Cerámica, Altozano, Alicante. Con una pértiga iba el funcionario del ayuntamiento (supongo) encendiendo las bombillas de la calle a finales de los sesenta, principios de los setenta...

Diez duros o cincuenta pesetas costaban las Miniaturas Matchbox, me encantaban esos coches. Mi tía Maribel, con la que pasaba las vacaciones
de verano, me premiaba con uno o dos de esos por ayudarla a limpiar el polvo de la casa, jajaja

No había excusa posible; veníamos un mes de vacaciones y todas las mañanas era obligatorio... A la playa. Nos recogían a mi hermano, a mi primo Paco y a mí en casa de mi tía Maribel y a la Albufereta, playa preferida de mi padre, con todos los trastos, la nevera, la sombrilla, las sillas, mi barca, la cremita para no quemarse y, por supuesto, el almuerzo.

Capulina y Yola, las perras de mi yayo, las sacaba a la calle al atardecer, cuando bajaba el calor, las soltaba y se sentaba a fumarse una pipa, era todo tranquilidad. Y relax, mucho relax...

El skateboard o monopatín, boom en Francia, desconocido en España, año 1976. Lo traje en vacaciones y fue la atracción de ese verano en el Muro (Virgen del Remedio) todos querían probar. Se dieron buenos tortazos..