Si buscamos la palabra “Composición” en el diccionario, encontraremos una definición similar a “Formación de un todo o un conjunto unificado uniendo con cierto orden una serie de elementos.” Este término puede aplicarse a diversos contextos. En nuestra canción favorita por ejemplo, existe una sucesión de notas musicales, un ritmo, un conjunto de instrumentos, todos estos elementos juntos aportando (de manera organizada de acuerdo a cierta intención del artista) a una pieza unificada. O de pronto en un aviso de revista o una fotografía, veremos elementos ordenados en una unidad para facilitar la comunicación de un producto o una expresión artística.
Entonces, podemos decir que en el mundo visual, componer significa ordenar los distintos elementos dentro del espacio de manera equilibrada y ordenada, con el fin de transmitir un mensaje. Y una pieza de lettering no es la excepción. Sea un logotipo, la portada de un libro, o una etiqueta de una bebida espirituosa. La clave para llegar a buen puerto en términos de armonía o consistencia, será pensar, antes de trazar la primera letra, en su composición.